martes, 22 de febrero de 2011

Una niña cosida con sus alas de tornillos dispuesta a volar por encima del mar por encima de las lágrimas de los peces, ansiosa por encontrar el sonido perdido de su cajita de música, ansiosa por encontrar sus zapatos, deseosa de encontrar la tasa de café sin azúcar, deseosa de encontrar el reloj que perdió su madre, deseosa de cortar la flor de amapola y correr hasta la pulpería de muñecas, hasta el jardín de muñecas gigantes que se convierten en confites

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