martes, 22 de febrero de 2011

POEMA EN CUATRO ACTOS



I.

Solo pienso que tal vez algún día te gusten mis escamas                                                                  
mis pies de pollo, mis sueños de flores, mis pasos de tortuga                                           
mi voz de buitre, mis deseos venenosos, mi sonrisa torcida

Espero que los ángeles me pongan un vestido hermoso que te guste
para despedazarlo y mostrarte que no soy yo con un vestido

soy yo caminando con acero en los pies, con madera en las axilas
con las manos peludas y el corazón metálico con una chimenea dentro

¡que soy yo entre las espinas cultivando rosas!
¡Que soy yo entre la sangre de mis brazos!
lastimada por las cuerdas de los circos
¡que soy yo corriendo en el desierto de plumas blancas!
que soy yo escuchando el viento en medio de mis almohadas
¡ que soy yo en el castillo de estrellas con mentiras adornadas (silencio)…

II.

Las culebras sonríen mientras bailo sueños en la hamaca
no dejes que pase el tiempo sin que te olvide
déjame besarte aunque no seamos el uno para el uno
las orugas no se mezclan con la realeza
a si lo quisiste (silencio)
suerte con las estrellas de oro
que las pulan los murciélagos los vampiros
me iré en mi globo con el vértigo en las venas recorriendo el mundo

III

No me importa bailar para tus ojos.
Ya he perdido mi memoria entre miles de agujas plateadas
El reloj me hace alucinar, el espacio se llena
yo barro mis sueños limpio mis babas castigo mis manos
me tropiezo con mis dolores encarcelo mis pesadillas
despejo mis ojos de las lágrimas, sonrio
siempre torcida la sonrisa señalando el camino perdido
la maldad pura, la lujuria muerta en el poco deseo de vida
un niño asomándose por mi falda de escocés errante
es solo un regalo para mi alma adolorida
una cajita mostrándome lo infeliz que soy a veces solo porque quiero
o Peter aléjame de mi vejez próxima o vida
muestra mi camino para dejar de barrer sonrisas torcidas
O querés que siga alucinando para alejarme de la realidad
ya lo que hago es poco coherente
atraviesame con la daga de la felicidad y la abundancia
para alejar estas barreras grises del árbol caído y seco
los escarabajos quieren volar en mayo para matar el tiempo de vida.


IV.

Un monstruo
Ya no más mujer
ahora me cuelgan los pecados en el bolsillo
mis suspiros son rojos, los billetes
las monedas me cuelgan en la espalda
los esclavos me rodean
la incertidumbre me envejece
mis lágrimas son verdes y aprisiono  deseos
ellos golpean fuertemente mi corazón para que los libere
pero los aprisiono porque no se cuales son las respuestas
no se puede seguir al corazón por completo pensé
y he decidió guardarlo mientras camino
en esta ciudad de hombres fuertes
ya nada me apasiona, solo mirarte
Construye un avión y huye lejos
que pronto devorare este laberinto con mis lágrimas
y todo lo que aun no comprendo...



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