Vos bella Fatima!
Ángel que trae el mar, en un desconcierto de soledad
El destino me pregonó a gritos, que te dijera las primeras palabras ese día
Nunca salí realmente de mi soledad, hasta que te conocí
Bella hermana
La sangre no nos une
Pero nos une el mar, el aire, la locura, la alegría
Espirales de colores, el tiempo...
Todo eso me da miedo, porque tenés que regresar...
Cómo aceptar tu partida, sin este augurio de soledad...